Poenitentiacite, grito con el cual la secta de los Dulcinistas, imaginada por Umberto Eco en su famosa novela "El nombre de la rosa", atacaba al clero rico proclamando y defendiendo la pobreza de Cristo. La exacerbada austeridad e ideales extremistas de estos penitentes los condujo al asesinato, por lo que la iglesia los condenó a la hoguera por herejes.
Aunque aparentemente ha sido esta historia de tintes fatalistas la que ha inspirado la partitura de Encinoso - quien ha introducido al comienzo unas cadenas para describir con mayor exactitud el paso cansino de los penitentes-, lo cierto es que la obra no es sombría ni pesimista, sino que, dentro del más estricto campo tonal, denota una gran luminosidad y colorido, con dos temas principales de carácter amable, muy alejados de la crudeza con la que Jean-Jacques Annaud revistiera para el cine la novela de Eco.
Aún así, el poema sinfónico de Encinoso no deja de tener un cierto carácter cinematográfico , al tender a la espectacularidad de determinados pasajes en los que los tutti hacen acto de presencia con multitud de ritmos cambiantes. Estructuralmente hablando está muy bien trabajada, sopesando perfectamente los pasajes de clímax y distensión, al igual que hace con la agógica.
Rosario Álvarez Martínez (Catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna)
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